10 claves para el éxito electoral

Todos los temores se han hecho realidad. En menos de 24 horas, los expertos en ciencias políticas y los votantes se han puesto de acuerdo en que el magnate multimillonario Donald Trump iba a ser el nuevo presidente de USA. Sin paz en Colombia. Sin paz en Siria. Sumergidos aquí en un tímido desbloqueo de la inocua política española. En medio del holocausto de incompetencias de Theresa May y la devaluación del Brexit como fenómeno, damos claves para presentarse a las elecciones y no fracasar en el intento. Aunque el americano más repudiado del planeta haya incumplido las normas.

  1. No ser vehemente. A la gente no le gustan los chillidos, ni cuando vienen de la izquierda (las sobreactuaciones dramáticas habituales de Pablo Iglesias o los desgañitos del socialista Miquel Iceta) ni de la derecha (como los alaridos de timbre agudo de José María Aznar cada vez que atacaba a un socialista). Tras un grito al público no hay reversión amable. Ahora intentan ser pacificadores con mensajes poco creíbles como el de querer ser el presidente de todos los estadounidenses.
  2. No decir cosas vacuas. Escuchar a Rajoy diciendo que «España es un gran país», o que los catalanes son «gente que hace cosas», o que los españoles son «muy españoles y mucho españoles» lo único que hace es destapar el velo que despeja su completa ignorancia de todo. Mejor decir cosas con fundamento, aunque sean crueles. Como cuando Trump habla de poner muros ante los inmigrantes. Como cuando Esperanza Aguirre afirmó que deberían matar a todos los arquitectos porque sus obras duran más allá de su propia existencia. La sinceridad, al alza.
  3. Empollarte tu propia hemeroteca. Pedro Sánchez diciendo que nunca había sufrido presiones por poderes fácticos o grupos mediáticos (en junio) para luego escucharle hablar de grandes presiones y amenazas de poderes mediáticos (en prime time, y en octubre) resta toda credibilidad. La hemeroteca es un arma de hoja afilada. Si mientes con lo que es real; qué no harás con algo que solo es un proyecto de verdad, como tu programa.
  4. Hacerse fotos con bebés. Figura en la primera página del manual de buen político. Si quieres ganar unas elecciones tienes que manifestar ternura. Claro, que si eres una persona cero empática, más bien tirando a antipática, y al coger un bebé en brazos lo mínimo que pasa es que se pone a llorar la criatura y se caga encima… pues el hype de coaching político se te vuelve en contra.drr
  5. Satanizar a tu contrincante. En una sociedad como la nuestra, mandar a la mierda o al infierno a alguien genera confianza porque todos lo hacemos a diario. Los ataques desgarrados hacia lo que consideramos corrupto propician el auge del líder. Mónica Oltra, con sus Ritaleaks, ganó diez puntos de un plumazo. Trump prometió que metería a Hillary en prisión por sus e-mails, y con eso envalentonó a sus secuaces.
  6. No utilizar el humor. Subir a un escenario y mofarte de alguien es propio de un cómico, pero no de una persona con aptitudes para frenar la discriminación y disolver conflictos. Si algún político valenciano hubiese insinuado que Rita Barberá iba algo ebria el día del caloret, seguramente habría finiquitado su carrera. Ni humor ni ironía son recomendables para elocuentes críticas. Digo más: ni tweets ni memes. Donald Trump, burlándose de un periodista con discapacidad, habría tenido casi todo «hecho» para fracasar. Pero aquello es América.
  7. Peinarte. No necesitaría explicación. Desde tiempos inmemoriales, comer o dar un discurso despeinado o con sombrero es signo de mala educación. Si lo haces con visera, como lo hizo Trump en varios estados, además es señal de mal gusto. Pero aquello también es América.
  8. Exhibirte mucho, pero sin pavonear. Salvo si eres candidato en un país islámico o africano, no veremos mérito en posar con bellas señoritas como si se tratase de adornos navideños; o peor, trofeos de caza. Trump, además de hacerlo, está casado con una de las mejores perchas de América, Melania Trump, una humana tan florero que en su primera exposición pública como candidata a primera dama pirateó a Michelle Obama. América.
  9. Ser un robot estratega, frío y calculador. Con todo programado en la cabeza, sabiendo a quién dirigirte, conociendo a tus enemigos y tu electorado. Si eres machista, xenófobo y homófobo, no dirijas mensajes para ganarte el voto de mujeres, inmigrantes y homosexuales porque no vas a rascar nada de ahí. Si te has aprovechado alguna vez del sistema de Vivienda de Protección Pública, luego no des charlas de marcada moral para cuestionar las malas prácticas, Ramón Espinar. Lo resumiríamos en: coherencia todo el rato.giphy
  10. Hacer cameos en todos los programas de televisión, series y películas a los que te inviten. El secreto de la popularidad está en tener un poco de recorrido ante las cámaras. Donald Trump, de eso, va sobrado. Los 15 minutos de popularidad por los que brindaba Warhol, en Trump ya son 15 años y podrían ser otros tantos más. Por desgracia.

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