Regreso con una expresión de Rupaul, la travesti más conocida de norteamérica y probablemente del mundo. Una mujer que lo es cuando le apetece, que se mira en el espejo y se ve justamente como quiere ser y aparentar. Una persona divertida y culta que lo demuestra a diario, pero disfruta de la frivolidad como la que más. Al mismo tiempo hace una función social y educativa importantísima en una sociedad tan conservadora como la americana: ayuda a eliminar clichés y borrar el odio irascible hacia lo diferente, sea por raza, estética o sexo.
La evolución social, propiciada por educadores tan elocuentes, ha hecho que una portada de Vanity Fair se convierta en fenómeno viral. Y aunque los memes virales suelen aprovecharse para transmitir chistes o ironías, ahora hablamos de algo serio y lleno de actitud, de personalidad arrebatadora, y elegancia. De cómo Bruce Jenner se convirtió en Caitlyn, una mujer bellísima, que a sus 65 años ha dado la cara por primera vez al mundo como le habría gustado hacerlo siempre. Su parecido con Jessica Lange ha hecho que el fenómeno se vuelva a convertir en otro fenómeno viral, sin parar. Caitlyn ha conseguido ser una nueva estrella admirable por los americanos.
Aquí, en la España todavía post transición, anclada en Mujeres, hombres y viceversa todo es sensiblemente diferente. Cuesta bastante respetar la transexualidad y la homosexualidad, y se siguen haciendo mofas para escarnio de las nuevas generaciones de xenófobos. El hilo conductor de la programación de las últimas semanas de Mediaset ha girado en torno a si Labrador (Gandia Shore) se dejó tocar el pene por Jesús Reyes, uno de los personajes más paródicos de la televisión, después de hacerse famoso por la asamblea fashion del nefasto formato veraniego Cazamariposas. La homosexualidad al borde del delito.
Necesitaríamos una cura, un programa a modo terapia de shock para la sociedad. Si Rupaul’s Drag Race se emitiera en España quizá debería presentarlo La Prohibida, la única travesti que canta y actúa, y que ha alcanzado algo de proyección en más de una década de carrera haciendo play-backs de su hit Flash por los mejores suburbios. Su faceta que más me interesa, la musical, ha dejado hasta ahora un EP y dos discos: ‘Señor Kubrick, qué haría usted’, y el recién estrenado ‘100k Años de Luz’, que llegará la próxima semana a iTunes y Spotify. Aunque ya lo he podido escuchar entero varias veces y tiene himnos dance inmensos, como Baloncesto (con letra de Víctor Algora) o Mujer de bien.

Mujeres de bien es una expresión que deberíamos incentivar los escritores de columnas de revistas masculinas. En lugar de tanto hombre de bien y de mirarse el obligo. Que al final podemos morir de un ataque de narcisismo o eludir una homosexualidad congénita que algunos no tienen muy asumida. Caitlyn Jenner para mí es una mujer de bien en toda regla. Al igual que su semejante nacional, Bibiana Fernández. Al igual que todas aquellas mujeres nacidas mujeres que se han ido moldeando con el curso de la vida. Cada vez me gusta más descubrir mujeres que se han sabido hacer mujeres. Hombres que se han sabido hacer hombres. Porque en la vida contemporánea cada uno tiene la obligación de hacer lo que quiera con su vida, con su ideología y con su sexualidad.
La confirmación de que el mundo está cambiando es la solidaridad que mostró hace unas semanas la aplicación móvil más usada del mundo, Whatsapp, para adaptar los emoticonos a todas las razas y colores de piel. A veces estamos tan acostumbrados a creernos superiores a los demás que no nos percatamos de que estamos cometiendo una falta de respeto a lo diferente. Ahora el estándar será amarillo, y podremos optar entre diferentes tonos de piel y poner emotis tan necesarios como la reina negra, que perfectamente podría ser una concursante de la próxima temporada de Rupaul.
