Mi segunda entrada dedicada a personas musas, inspiraciones estéticas y aspiraciones de una sociedad cultural. Nació en Nules (Castellón), empezó su trayectoria actuando junto al Titi en la orquesta Los Millonarios, recorriendo gran parte de la oscura piel de toro de los años 60. Rosita Amores (77 años) es la vedette de pechos más voluminosos y naturalmente turgentes de la historia de España. Supo escapar de la censura con inteligencia y frescura, y lideró el partido del morbo durante el franquismo, cuando todo estaba prohibido. Sus canciones de letras ambiguas son el recuerdo original de las actuales parodias en personajes como la Bim Bam Bum (Aída).
Rosita estuvo muy enferma hace unos años, dejó los escenarios y perdió en parte sus ganas por actuar, la verdadera pasión de su vida. Se alejó de la Sala Canal, una discoteca senior famosa de la costa levantina. Pero una propuesta de la Falla Mossén Sorell – Corona, la más innovadora de Valencia, le hizo revitalizar su ilusión por subir a un escenario y cantar su mítico «Posa’m Menta» bajo la gigantesca teta de madera que ideó Luis García Berlanga para las Fallas valencianas. Esa misma noche, la comisión fallera provocó una fusión inaudita y completamente transgresora para el público: Rosita Amores y la travesti más famosa del pop español, La Prohibida, coincidieron juntas en el mismo escenario.
El caso es que, hace unos meses, Rosita volvió al hilo de la actualidad valenciana gracias a una gigantografía del estudio de Luis Montolio. En esta, la artista volvía a recuperar todo su esplendor de tetamen para una imagen gigante sobre una fachada ruinosa del casco histórico de Valencia. Rosita, oronda, sobre una paella de una rotonda de Benicàssim, abriendo su capa al viento. Magnífica. Es una de las tomas más repetidas por los usuarios de Instagram que visitan la capital del Turia.
Y hoy ha vuelto a ser noticia porque han salido a la luz unas facturas de 726 euros por espectáculos de Rosita Amores en hogares del jubilado a costa de cajas fijas de la Generalitat Valenciana. Las cajas fijas, un concepto nuevo para los ajenos a la hacienda pública, son partidas presupuestarias destinadas a gasto corriente de poco importe, que no tienen por qué ceñirse a la Ley de Contratación. Dicho eso, es una irregularidad tonta que no implica a la súper vedette en ningún caso de corrupción. Pero difama, que algo queda. A toda grande le recaen dudas con la justicia, como le ocurrió a Lola Flores. Lo que verdaderamente me sorprende de la noticia es que su caché fuera de 726 euros por actuación, cuando lo lógico y sensato sería que cobrase eso por cada teta, como mínimo.
Rosita Amores es una persona arte porque es una brillante artista musical que sigue dedicando su tiempo (y no quiere jubilarse) a lo que más le gusta hacer: el espectáculo sobre una tarima, un escenario de orquesta o un teatro con bambalinas. Se ha rodeado de tanta pluma y de tanta pedrería que es un icono neobarroco de Valencia y de nuestra personalidad humorística y tremendamente sensual. Subversiva pero sencilla podría ser el prólogo de su honorable epitafio.
Alternand 