La muerte nos sienta tan bien

No me gusta dormir mucho. En general, no me gusta estar muerto. Dos o tres días bien. Pero desaparecieron ya aquellas aventuras de trasnochar y vivir de vacaciones durante temporadas. A veces no hay más remedio; es necesario desconectar, parar y empezar un nuevo ciclo despojándonos de los errores anteriores. Soy el espíritu vivo de las Fallas de Valencia.

Voy a dedicar los próximos siete días a fotografiar el gigantismo, a caminar entre esculturas y bultos de color, a disfrutar del dolce far niente por las calles de mi ciudad favorita. Y lo hago esta vez con varios proyectos de futuro inmediato para traducir todo esto en un producto agradable para otros. Mi experiencia como escritor, contador de cuentos, periodista o cronista, la aprovecharé ahora a un nuevo magazín de arte popular efímero. Por otra parte, mis discretas habilidades plásticas las utilizaré para hacer máscaras que colgarán de una instalación colectiva para Projecte Encés, el 28 de marzo en Espai Rambleta, el espacio vanguardista de Valencia.

También aprovecharé la exposición pop-up para pinchar música. Es otra de las actividades que más me gusta y llevo varios días ensayando con el Traktor DJ app, recopilando temas y ensayando para pinchar por primera vez con ipad, con la fantástica posibilidad de hacer las mezclas y los efectos desde la misma pantalla, y automatizando toda la artesanía de los antiguos platos. Oye, que el objetivo es pasarlo tan bien como la gente que asista.

De entre las canciones que más me están gustando de lo que llevamos de 2014 son precisamente esas que no te permiten estar medio muerto. Que el ritmo no pare. Me chifla el nuevo disco de Katy B, de principio a fin. Por elegir un tema, hoy recomendaría «I Like You». Mucho bombo electrónico para melodías pegadizas y nuevas. En modo muerte, prefiero el álbum flamante pero aburrido y desmotivador que acaban de presentar Metronomy, uno de mis grupos favoritos, y más desde que los vi en directo. No es lo mejor que han hecho, pero tranquilizan sus ritmos a 70 bpm.

Ahora que resucita el blog, voy a seguir hablando de muerte y desgracias. Bienaventurados aquellos que no sepan frivolizar con lo natural. ¿Qué se sabe del avión perdido de Malaysia Airlines? Absolutamente nada. Me encanta que en el mundo digitalizado, procesado y telecomunicado puedan pasar este tipo de virguerías, simulacros de ciencia ficción en la vida real.

Precisamente ayer me quedé sorprendido con esto de las vidas reales de la era iCloud. Por una tonta avería de mi iPhone 5S, decidí acudir a la Apple Store. Y con solo decirles mi número de teléfono ya sabían qué modelo tengo, cuándo fue la última vez que hice una restauración, a qué horas cargo la batería habitualmente e incluso me recomendaron que quitase las notificaciones de Twitter e Instagram porque mientras duermo me generan mucha actividad y me gastan la batería más de lo normal. Y todo esto, sin saber mi contraseña ni tener mi huella dactilar. Todos saben más de mí que yo mismo.