Pinchadiscos en cementerios

Mi agenda de diyei está vacía tras varios años dándole continuidad a eventos incongruentes. Nunca me lo tomé como un negocio, porque no lo necesito para vivir; pero acabó siendo una rutina divertida, sobre todo si me acompañaban mis mejores amigos y nos pegábamos unos bailoteos en el set. Muy poco profesional, ya. Pero ahora lo hacen todas. El caso es que como ya no estoy en cartel, voy a reconvertir la actividad en entradas musicales para este blog.

Autorretrato de iphone al estilo Mapplethorpe.
Autorretrato de iphone al estilo Mapplethorpe.

Recuerdo la primera vez que pinché, fue en un concurso que organizaba la extinta sala Piccadilly Downtown Club, de Valencia, allá por 2008. Me animaron varios amigos, y con más vergüenza que tablas, me arriesgué a poner la lista de canciones que hasta ese momento sonaban en mi habitación. Recuerdo que empecé un poco rock, me sentía seguro con lo mainstream festivalero. Y de repente empecé a poner temas que probablemente nadie de los que estaba allí conocía, entre lo que yo consideraba pop elegante, electrónica melódica y lo bakala. Decidí, con gesto de postureo inconsciente, autodefinir mi estilo como electro-elegance. Le di la misma importancia a los setlist que a mis estilismos. La noche funciona así.

Uno de los pocos temas que recuerdo haber puesto esa primera noche fue el Nite Life de Adult. Así, con punto. Me gustaba muchísimo. El bombo eléctrico hacía mantener a la pista de baile en una inercia eufórica durante varios minutos. Pues bien, ahora estos chicos de Detroit han sacado disco nuevo, con más drums y más samplers repetitivos para danzar. De lo nuevo, me quedo con Tonight, we fall. Brillante.

Coincidió con la época en la que empecé a lanzar mis recopilatorios musicales para amigos, en formato cedé. El primero salió en verano de 2007, y además del tema de Adult. contaba con otros de bandas como Cansei de Ser Sexy, Dragonette, Mendetz, Hot Chip, Plastic Operator y recuerdo con especial cariño aquel grupo tan difícil de nombrar, !!! (o chekchekchek). Se lo regalé a un novio y lo puso todo el rato en el coche. Y como salió bien el invento, muchos amigos me pidieron copia.

Thr!!!ler, lo último de chkchkchk.
Thr!!!ler, lo último de chekchekchek.

Durante ese agosto se repitió sin parar en Must be the moon en todas mis playas alicantinas. Este verano, siete años después, podré escucharlos en directo en el festival Low Cost de Benidorm. Y disfrutaré de temas nuevos tan bien resueltos como One Girl/One Boy.

Pero si un grupo de los mencionados se repetía en cada una de mis primeras sesiones fue Hot Chip. Me recuerdan a unas fiestas temáticas que se hacían los domingos por la tarde, en plan guateque. Allá por 2006 o 2007 no paraba de sonar el Over and over, era como un himno y acabó aburriendo hasta a la portera. Pero los ritmos de Hot Chip y las particulares interpretaciones de Alexis Taylor evolucionaron muy favorablemente hasta llegar a una ensalada de electrónica aliñada de lo que antes se conocía como lo-fi, tirando al punk. Este verano seguro que van deslumbrar con Dark and Stormly.

Para terminar con este primer podcast escrito, o post musical, hablaré de Klaus & Kinski, que según cuenta JNSP, la web de referencia por antonomasia de los indies españoles, podría abandonar indefinidamente la música por unas declaraciones de su vocalista, Marina Gómez, que no llego a creerme del todo. Dicen que en un concierto de Madrid habló de dejar de tocar hasta dentro de mucho tiempo. Pero como espero que no lo hagan, la próxima vez que pinche empezaré mi sesión con Crucifixión, la solución. Será un homenaje o una plegaria, quién sabe. Quizá sea la canción que más recuerdos bonitos me trae de todos los cedés de mi estantería: un FIB, un viaje, una llamada y un llorisqueo. Vale que no soy como aquel, pero todavía me acuerdo mucho de él.

♠ Continuará ♠

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