Quitando etiquetas a Lacoste

La base del marquismo es social. Partimos de la base de que todos somos víctimas del consumismo capitalista en mayor o menor medida. Algunos han preferido creer que lo low-cost es lo más solidario y socialmente aceptable, mientras que la marca de diseño, el lujo y lo «caro» son una aberración u ostentación que aplasta al débil. Pero poniendo etiquetas de ese tipo siempre se comete algún atropello. Y lo que es más grave: se acaba haciendo lo contrario de lo que se piensa. De sobra son conocidas las condiciones de los trabajadores de la mayoría de marcas multinacionales frente a la fabricación digna que llevan a cabo algunas marcas que lo único que hacen es ponerle al producto un precio más cercano a su coste laboral, social y medioambiental.

Lacoste puede que no sea la marca más ejemplar. Pero es una de las que más sufre el fenómeno de desprecio social por connotar ostentación. Quizá provocado por la popularidad de su logotipo, el cocodrilo fácilmente identificable frente a otros mucho más lujosos y menos populares, como el de Ralph Lauren. El linchamiento ha sido tal, históricamente, que incluso se le ha asociado a una ideología política en España, en gags inoportunos. Como si la marca fuera propiedad de una manera de pensar. Algo parecido a lo que le pasó a la empresa Tommy Hilfiger en los 90, rodeada de leyendas urbanas inciertas sobre declaraciones de su director creativo.

El caso es que este verano Lacoste ha pretendido revolucionar su target y dejar de lado a los que buscan la gama más sobria en polos de vestir. Ahora se adentra en el mundo de las costuras ajustadas para torsos más jóvenes y atléticos mediante su línea Lacoste L!ve. Rayas multicolores, tonos llamativos, estampados geométricos de última tendencia los degradados horizontales y el block-color. Lacoste desde este verano es una marca más cercana a todos. Aunque los precios siguen siendo bastante más altos de lo que cualquier bolsillo quiere (aunque a veces sí que puede) permitirse.

Geometría naïf en Lacoste L!ve.
El degradado en declive, ahora en los polos de L!ve.

La tendencia de los pantalones manchados con pequeños estampados o moteados, también llegan en varias versiones. Este, en beige, es el mejor referente.

Chinos moteados de Lacoste L!ve.

Y por si fuera poco, la colección cápsula de la firma francesa también abarca una buena retahíla de calzado divertido, de fusión entre las tendencias más trendy, como los mocasines, el estilo gánster, hasta las líneas más sofisticadas y tecnológicas como estas botas acabadas con piel troquelada. Me fascinan.

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