Estos nueve días del septiembre de 2011 están siendo tan fantásticos como esperaba. Sobre todo con la aparición de una semana de vacaciones sorpresa, que me ha servido para adelantar todos esos proyectos —por ahora fantasma— que voy alimentando sigilosamente. También ha habido tiempo para el ocio bajo un sol infernal. Y es que septiembre es el mes playero por excelencia en el Mediterráneo. El pasado martes disfrutamos de un día en la isla de Tabarca, que es como un paraíso diseñado para olvidarse de la civilización, a sólo 20 minutos en barco de la horrenda ciudad de Alicante, y de la que forma parte. Ejemplo de que no todo lo malo es tan malo.
Luego vino Sueca, ese pueblo que tampoco tiene ningún interés turístico más allá del pretencioso Museo del Chocolate, al que le viene grande el nombre (ya les gustaría que se pareciera un poquito al de Barcelona). Pero hasta allí fuimos, a una plaza en honor a Jaume I, exponente del espanto de urbanismo que se concibe en tierras valencianas. Pero íbamos para ver el concierto de Fangoria. Era el segundo que veía de la gira Operación Vodevil. El de Fallas estuvo magnífico; aquel lo alabaron hasta sus detractores. En este cerraron con una versión recientemente remezclada por Sigue Sigue Sputnik de Perlas ensangrentadas. Bakala al máximo.
Ayer salí a comprar una planta para reemplazar la Begonia Rex de mi mesa de centro, que ha desfallecido con el calor de agosto. Sus tallos se habían desplomado por completo. Me convenció una Azalea fucsia, muy bonita, y que promete aguantar la próxima temporada de otoño/invierno. Me duran mucho las plantas y las mantengo bonitas, pero la del centro de la mesa siempre acaba agonizando. No sé yo si será por tantas sesiones de Telecinco. La naturaleza no está preparada para la era Deluxe. Que por cierto, qué ganas de que empiece ya Acorralados. Telecinco se ha convertido en una fábrica de felicidad. Y quien la denueste simplemente por frivolidad no tiene ninguna razón. Te puedes leer muchas novelas de Murakami y asistir a muchos ciclos de cine coreano en la filmoteca y llegar a casa y ponerte Sálvame Deluxe sin ningún problema, concienzudamente y sin perjudicar tu salud mental. Los prejuicios atentan contra el disfrute.
También pasé por el quiosco a recoger el Catálogo Ikea de 2012, aunque la mayoría de productos que ofrece ya los vi in situ el pasado mes de junio. Es un poco estafa, porque anuncian como novedades cosas que llevan meses en tiendas. Pero ahí está, como referente para próximas ampliaciones de hogar. Lo próximo será una estantería grande para libros y revistas. Y un estante, fijo, será para las ediciones de la revista V, tanto en edición española como americana, que me parecen el summum. El último número de la V americana, The Transformation Issue (nº 72) ofrece unas espectacularísimas fotos de Penélope Cruz que me encantaría poder reproducir. Pero recomiendo comprarla.
Y esta mañana me ha llegado por correo el disco de Beirut, The Ripe Tide, recién salido del horno, lo quemé en Spotify en cuanto lo descubrí, y como suelo hacer, consideré que lo más honesto para con la banda era comprarle un ejemplar en formato sólido. También está muy bien tenerlo al alcance de la mano en la mesa y poder hojear el libreto, imperiosamente clásico y bonito a rabiar.