Adelanto del curso, colecciones y elecciones

Agosto es un mes un poco angosto para tomarse las cosas en serio. Me pasé dos semanas deseando que llegara con el ansia habitual y transmitía a todo el mundo los mil proyectos que llevar a cabo durante mi quincena de vacaciones. La motivación se esfumó con el primer amanecer sin despertador. El interés se lo llevó la desafección y la obcecación dentro del sofá, aguantando los guiones infames de Sálvame Diario, ese programa que se aborrece al primer minuto y que engancha al segundo.

Tras unos días de relax absoluto y baños al sol entre calas de Calpe, Xàbia, Moraira y Denia, septiembre se ha plantado en la agenda como algo ineludible e ilusionante. Y todavía con unos días de vacaciones por delante, que aprovecharé para asistir a la Valencia Fashion Week, y a algún que otro evento musical, como el próximo concierto de Fangoria en las fiestas de Sueca.

Pero si algo marca la agenda del próximo mes, es la puesta en marcha del organigrama de ideas para preparar la próxima campaña de Elecciones Generales del 20-N. Los que me conocéis sabéis que soy de hacer campaña electoral con cervezas de por medio, que saco el tema cuando quiero, y que defiendo mis ideas con tenacidad. Esta vez lo volveré hacer, porque frente al movimiento de política naïf que ha surgido en los últimos meses, creo que la política está para solucionar las cosas a lo grande, desde lo más pequeño, que son las asambleas que se realizan en cada agrupación de cada fuerza política que presenta candidatura para gobernar una administración. Rubalcaba no sólo es la mejor opción, sino que es una buena opción, y me voy a pasar los días impidiendo que el desánimo juegue en las filas de la derecha, y que la desmoralización impida hablar de política con libertad en cualquier resquicio de mi vida pública o privada.