Fan de las señoras

Los movimientos sociales han avanzado a una velocidad de vértigo; a gigabytes por segundo. La información que antes tardaba en difundirse semanas, días, horas, ahora es cuestión de un minuto o dos.  Pasa algo ahora y en 0’3 está contado en internet, la gente lo conoce y lo difunde. Cuesta imaginar que por el año 1998 casi todos los jóvenes escuchasen hablar de una anécdota en aquel programa de Isabel Gemio, o de Concha Velasco, no recuerdo bien. Una chica sorprendida en su cuarto mientras Ricky Martin esperaba al otro lado de la puerta para darle una sorpresa desencadenaba en una situación zoofílica con mermelada de por medio. En cuestión de días se difundió y todos conocíamos a alguien que tenía un conocido que había visto esas imágenes. Pero esas imágenes nunca existieron.

Hoy, decir verdades es más difícil que decir mentiras. Porque el requisito de la demostración ya casi no se tiene en cuenta. Lo que se dice, es todo verdad. Y todo mentira. Las redes sociales se han adueñado de nuestros canales de comunicación, internet ha sido la verdadera revolución del siglo XX, y espera dar mucha más rienda suelta a la libertad de expresión a lo largo del XXI. Para la información buena y para la información mala; la cuestión en general es positiva. Lees el periódico y debajo una retaíla de comentarios anónimos te desmienten, critican, avalan o interpretan la informacion. Pero el periodista ya la interpretó primero; nadie es menos culpable.

«Hace 53 segundos», me dice facebook que mi compañero se ha hecho fan de las Señoras con el pelo lila. Es información poco relevante, pero no deja de ser información, e información es poder. Cuando llegue al despacho mañana le veré con otra cara, porque ahora sé que es fan de las señoras con el pelo lila y eso significa que es un tío guay. La comunicación nos ha permitido empatizar, aunque en persona nos llevemos tirando a mal.

Lo banal se ha convertido en relevante. Y sí, es importante saber que la gente de nuestro entorno tiene en común con nosotros cosas como esa. Ser fan de las señoras es fundamental para mantener la complicidad en las castas, los grupismos y las clases sociales. Que no olvidemos que todavía existen. Yo soy muy de fans de esas cosas. Y me haría fan de las señoras con una flor en la cabeza, de las señoras que ponen faja de color carne, de las señoras que van por casa con bata, o de las señoras que sólo se duchan los días festivos.

Hacía tiempo que no escribía y que no dibujaba. Y hoy me he obligado a hacerlo comprobando que estoy perdiendo bastantes capacidades en las dos tareas, por no desarrollarlas convenientemente. Así que… lo poco basta. Me propondré un poquito de suculencia para la próxima.

[Now listening:  The Juan MacleanHappy House (Cut Copy Remix)]

Un comentario

  1. Me chifla el dibujo y me encanta el texto.. Vamos a tener que obligarte a que actualices más a menudo!
    Y esa canción es la caña despañia :p
    Yo no soy fan de ningún grupo de señoras que.. todavía no me ha dado por ahí

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