Primero llegó el blog, luego el fotolog, luego el myspace. Siempre hay un rinconcito para dejar cosas escritas, que deambulan por ahí sin conocer muy bien el destinatario ni los objetivos. Sólo cuentan los motivos, las actitudes y las intenciones. Me apetece seguir escupiendo dibujos, poesías, reflexiones, músicas y garabatos mentales. Me da igual la repercusión presente o futura. ¿Acaso alguien no se siente descolocado al mirar atrás y ver los cambios? Pues aquí todos cambiamos. Y yo cambio de plataforma, una vez más. ¿El impulso? La admiración radical hacia alguien que empezó conmigo en la distancia y ahora está a mi lado. −He vuelto. ¿Ves qué bien?
Un comentario
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reemprendamos la marcha!